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Por qué los Casio BABY-G son un icono que debería restablecerse

Los verdaderos fans del BABY-G, como Pharrell y Rihanna, son la prueba de que todos deberíamos divertirnos más con nuestros relojes.

Si los años 90 fueran un reloj, sería el Casio BABY-G. El icono amado por Lady Gaga y Rihanna (quien llegó a llevar cinco a la vez), siempre ha sido muy apreciado como ejemplo de relojería digital con garra: “El BABY-G conquistó a los niños de los 90”, dice Taylor Stoddard, un entusiasta de los relojes: “Llevar uno de estos gruesos relojes pastel era el símbolo de estatus definitivo, una insignia de lo cool y lo stylish. Todo lo que a la gente le gustaba en los 90 era translúcido”, como el Gameboy especial y los collares de cuentas transparentes. “El BABY-G fue una evolución épica de esta tendencia que era un signo de los tiempos”, añade Stoddard.

Lo más probable es que conozcas mejor a su hermano, el G-Shock original. Pero el Casio BABY-G, igualmente resistente a los golpes, se creó como contrapartida y defendía que las mujeres llevaran un estilo de vida activo en una época en la que eso aún se consideraba importante. Pero para los coleccionistas de relojes de hoy en día, la “G” del BABY-G significa “sin género”, pues todos deberíamos llevar uno.

“Recuerdo cuando el Casio BABY-G salió por primera vez en azul y rosa. Siempre fue algo de mi infancia. Era el Swatch más cool”, comparte la leyenda del sector George Bamford, quien puso su propio sello en el G-Shock colaborando con Casio para crear un Bamford Blue DW-6900 (esperemos que pronto salga un BABY-G de Bamford).

Los años 90 fueron un nuevo amanecer en el mundo de la relojería, ya que los fabricantes de relojes de lujo de gama alta resurgieron del trauma de la crisis del cuarzo. Sin embargo, los fabricantes de relojes de cuarzo tenían el mismo reto: seguir siendo relevantes y llevar sus modelos a las masas de una manera elegante y asequible. No era tarea fácil, pero el BABY-G tenía la respuesta: buscar todos los colores y colaboraciones posibles, para que siempre hubiera algo para todos. “BABY-G es casi como un Pokémon. Tienes que coleccionarlos todos”, añade Bamford.

Con el desarrollo tecnológico de finales de los 90, el principal reto para el Casio BABY-G fue la invención del smartphone. De hecho, podría decirse que estos fueron los precursores del smartwatch moderno, pero el BABY-G sigue demostrando que es el reloj perfecto para el día a día, adecuado para estilos de vida ajetreados en los que se necesita algo más que la capacidad de dar la hora. ¿Quién necesita consultar su teléfono cuando tu BABY-G tiene carga solar; hora mundial, cronómetro y alarma? Además, puede caérsele encima un suelo de mármol y sobrevivirá, cosa que posiblemente no puede decirse de tu teléfono.

La verdadera pièce de résistance de esta novedad nostálgica es el personaje animal animado incorporado en cada modelo. Probablemente, mataste a tu Tamagotchi o a tu Nintendogs en un santiamén, pero con esta mascota animada —hay un hilo entero en Reddit que documenta las especies— es imposible matarla, además puedes verla bailar en la pantalla.

Mientras el mundo de los relojes se debate entre la compra por inversión y la compra por sentimentalismo, el Casio BABY-G se asienta firmemente en los asuntos del corazón, dado que su fundador, CASIO, fue la puerta de entrada para que muchos de nosotros aprendiéramos a dar la hora. “Mi hermano mayor me regaló un BABY-G hace unos 15 años, cuando todavía estaba en la preparatoria”, cuenta Julien Torreto, coleccionista de relojes, “más allá de su valor emocional, fue mi primer reloj ‘de verdad’, que llevé a diario durante años, y el que despertó mi pasión por la relojería. Recuerdo que en aquella época estaba inmerso en mi fase hip-hop y muy influenciado por Pharrell y Nigo, de la marca Bape. Siempre coordinaban sus relojes con sus atuendos, y a menudo se les podía ver luciendo G-Shock/BABY-G en sus muñecas. Compré el mío específicamente en blanco para emularlos”.

Así que sí, se ha ganado el estatus de icono en las muñecas de las altas esferas de la sociedad. Pero para Nirja Dutt, aficionado a la relojería, el legado del Casio BABY-G no tiene tanto que ver con quienes lo han llevado como con lo que representa en el gran esquema de la relojería: “Es como la armadura de un reloj rebelde. Y el mayor error es creer que su mecanismo no es bueno o que es barato. Los relojes no son icónicos por el material del que están hechos. Lo que los hace icónicos es cómo te hacen sentir”.

Ahora que Casio BABY-G ha dado la bienvenida a Piolín a sus últimas colaboraciones, es hora de que vuelva a ser el centro de atención, y no solo en las muñecas de los niños. El mayor error que impide que este chico malo domine el mundo de la relojería en 2023 es que a la gente todavía le pesa su consumidor original: “Claro, se comercializó como reloj de mujer en los años 90, ofreciendo una silueta más aerodinámica con colores pop para complementar su homólogo G-Shock de gran tamaño. Pero si tuviera que resurgir hoy en día, sería un reloj para cualquiera”, dice Stoddard, “Los relojes pequeños no están pensados para un solo sexo, ya que las muñecas abarcan una gran variedad de tamaños, independientemente de quién seas. Puede ser tu compañero diario sin importar el tipo de condiciones a las que lo sometas”.

Como novata en el mundo de los relojes desde hace solo dos años, la pregunta me atraía: ¿cuál sería mi primer reloj? La respuesta: un Casio BABY-G rosa brillante, que desde entonces suena para que me despierte cada día. No me arrepiento.

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