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¿Por qué los relojes Fossil están reconquistando a los coleccionistas?

Veinticinco años después de su apogeo, Fossil sigue produciendo algunos de los relojes más extravagantes y esta es la razón.

Cualquiera que haya vivido en los 90 recordará que los relojes Fossil eran tan omnipresentes como el propio denim, gracias a un look retro-futurista que encajaba a la perfección con la ecléctica sensibilidad rockabilly-meets-preppy-meets-X-Games de la década. Lo cierto es que los años 90 no suelen considerarse como una época dorada para los relojes como lo fueron para las chaquetas de cuero y las canciones pop, sin embargo, a estas alturas nada es inmune a un reinicio.

Así que no debería sorprendernos que, con la cultura de los 90 como un referente en todos los frentes, los asequibles relojes de buceo de Fossil, los cronógrafos de estilo vintage y los compañeros de muñeca con personajes extravagantes en la esfera se convierta en el último superviviente del efecto Y2K en competir por un lugar en tu armario.

El último remanente de los 90

“Era el reloj de los 90”, dice el actual director creativo de Fossil, Ryan White, quien recuerda con cariño la ineludible presencia de los relojes, camisetas y otros productos de la marca a finales de la década de los noventa. “Es una locura hablar con la gente de Fossil porque todo el mundo tiene una historia. Si creciste en los 90, no eras cool a menos que tuvieras un reloj Fossil”.

Para cualquiera que no estuviera en esa época, es difícil exagerar la importancia de la firma. A mediados de los noventa, la marca fabricaba más de cuatro millones de relojes al año y los vendía en más de 50 países, con 2,000 distribuidores únicamente en Estados Unidos. En su apogeo, Fossil produjo más de 500 modelos, desde esferas con Superman y Barbie hasta decadentes pantallas LED en contraste con el color dorado al estilo de los años 70, pasando por relojes con esferas de holograma (los hologramas eran algo muy popular en los 90).

Fossil no era la única marca que superaba los límites de los relojes básicos (después de todo, era la década en la que el Timex IronMan, el G-Shock DW-6900 y el Oakley Time Bomb eran el objeto de deseo), pero tanto por la escala de sus operaciones como por la creatividad fuera de lo común de sus diseños, la marca era única en su clase.

Hoy en día, el catálogo de Fossil es más reducido y específico que hace 25 años, pero su espíritu de “algo para todos” sigue vigente. También lo hace el alocado sentido del humor que definió sus creaciones más memorables de los 90. “Hicimos productos para todos los personajes y todas las marcas que existían en los 90”, dice White, desde** Los Simpson** hasta** Betty Boop**, los más coleccionables de los cuales se cotizan ahora por grandes cantidades en eBay. “Ahora estamos siendo un poco más estratégicos. Queremos despertar cierta nostalgia y emoción, pero también atender a la comunidad de entusiastas de la relojería”.

El resultado es una línea de modernos relojes de buceo, piezas para acompañarte al aire libre y GMT, así como relojes de personajes dedicados a Star Wars, Disney y Willy Wonka. Fossil también se ha embarcado en una serie de colaboraciones con leyendas del streetwear como Jeff Staple, quien recientemente rediseñó el reloj Sundial de los 90 en una versión moderna equipada con un movimiento automático y, naturalmente, una esfera de holograma.

Se trata de un merecido homenaje a uno de los relojes más salvajes de los 90, y un signo seguro de que 30 años después del primer apogeo de Fossil, la marca sigue siendo un referente para algunos de los modelos más divertidos y asequibles del mundo de la relojería.