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Los anillos más icónicos de la joyería

Cartier, Bulgari, Tiffany o Chaumet pueden presumir de tener en sus colecciones anillos que son tendencia para siempre.

«¿Me amarás cuando deje de ser joven y bella? ¿Me seguirás queriendo cuando no tenga nada más que un alma rota?» Cantaba – lloraba, rogaba – Lana del Rey en su ya himno generacional Young and beautiful. “Sé que lo harás”. La melancolía en la voz de la cantante neoyorquina contrasta con la seguridad con la que respondía y ambos sentimientos son análogos a los que una siente al observar – la belleza no se mira – algunos de los anillos más icónicos de la joyería y algunas de las piezas más deseadas, soñadas y fabulosas de la moda.

Estas piezas de joyería que reunimos en esta preciosa lista son como una canción de Lana del Rey. Se actualizan cada vez que una las escucha o, en el caso de las joyas, las lleva. Tienen un aire melancólico pero no pasan de moda. Te levantan el ánimo y, por supuesto, también el look.

El Trinity, de Cartier

Cuenta la leyenda que el Trinity de Cartier nació de un sueño. Concretamente, de uno de Jean Cocteau, cuya amistad con el Louis Cartier le permitió que ese sueño – el planeta Saturno con sus tres anillos – se materializara en un anillo, el Trinity, que pasaría a la historia. Los tres círculos que componen el anillo simbolizan el amor, la fidelidad y la amistad y están realizados en un material distinto y específico. En ese sentido, el oro rosa representa el amor; el amarillo, la felicidad; el blanco o plateado, la amistad. De sueño en sueño, este anillo eterno y venerado forma parte de la lista de deseos de miles de mujeres – y hombres – del mundo.

El Oui, de Dior

Allá por 2005, la reconocida joyera Victoire de Castellane ideó para Dior la línea Oui con la intención de que esta expresara, a través de las piezas, un mensaje eterno que todo el mundo pidiese entender indistintamente del idioma y la edad. Por ello, todas incluyen las letras “O, U, I” que, en francés, significa “sí”. No hay declaración de intenciones más clara que este anillo de oro con diamante. En 2023, sin embargo, Dior reinventaba esta colección dándole el nombre de Dioramour e incluyendo nuevas piezas y letras.

El B.Zero1, de Bulgari

La firma italiana lanzó en 1999 su colección B.Zero1 con intención de dar la bienvenida a un nuevo año y, de paso, a un nuevo milenio. En ella habita este anillo emblemático que evoca y remite a la arquitectura del Coliseo de Roma por el engaste de diamantes en forma de ondas. La B corresponde a la inicial de Bulgari; el cero, atañe al nuevo milenio que entraba y el 1 da pie a pensar en nuevos comienzos. Explican que todos esos conceptos se reflejan en el diseño a travles de la espiral, “que recuerda que siempre es un buen momento para trazar una senda propia, porque en cada recodo nos espera una oportunidad y un capítulo uno”.

El True, de Tiffany & Co.

Aunque, como el vino, el mejor anillo de compromiso es aquel que una recibe o el que una quiere, es innegable la trascendencia que los de Tiffany & Co. – el Setting, pero también el True – tienen en el universo de anillos de compromiso. La marca presume de haber creado, en 1886, no solo el anillo más famoso del mundo, sino toda una obra de diseño. Era la primera vez que una pieza de esas características presentaba un solo diamante con un engarce de seis garras que, afirman, es casi imperceptible. El diamante brilla y refleja maravillosamente la luz. Asimismo, el True tiene un detalle en forma de T que simboliza el amor moderno.

El Bee my love, de Chaumet

Para que una pieza de joyería trascienda las temporadas y las generaciones debe atesorar una carga de simbolismo que sea reconocible para todos. La colección Bee my Love de Chaumet en la que se integra el mencionado anillo, la tiene: atañe el mundo de las abejas – con la forma hexagonal en un guiño al panal – y al número ocho, el de la suerte. Es, afirma la marca francesa, una evocación al infinito.

El Nudo, de Pomellato

Y si la simbología es importante en el universo joyero, también lo es la disrupción. Atreverse. Diferenciarse y arriesgarse. Eso hicieron en Pomellato al lanzar su anillo Nudo que marcó distancias con los anillos de compromiso clásicos y propuso piedras de colores alegres y pastel. Desde la propia firma italiana hablan de que este es un anillo icónico pero poco convencional. Esa singularidad es el detalle que ha conseguido que el Nudo de Pomellato sea tan reconocido y reconocible hoy en día. La golosina de la joyería.

Los anillos más icónicos de la joyería son una inversión. A nadie se le escapa eso. El lujo y la calidad no se regalan. Tampoco se negocian en los talleres de las marcas que firman estas piezas.

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